En las casas de la gente trabajadora bien sabemos lo que es la precariedad llamando a la puerta, lo que es sufrir la explotación, la falta de derechos y libertades. Sabemos que la crisis fue desde su inicio una estafa que aprovecharon los que más tienen para enriquecerse a nuestra costa. Y también sabemos que ahora, cuando nos intentan convencer de que ya estamos saliendo de esa crisis, lo que nos están diciendo en realidad es que aceptemos que de ahora en adelante no hay alternativa a una vida de precariedad y desigualdad. Pero no, no vamos a resignarnos ante el modelo de país que nos han diseñado los poderosos y vamos a luchar por conquistar un futuro digno para nuestro país.

Sabemos que no es un reto fácil: somos un obstáculo que estorba en ese proyecto de país que han diseñado desde arriba. Y tienen razón, porque somos la única fuerza política que no está dispuesta a asumir que sus intereses están por encima de la democracia. El desafío es enorme, pero… ¿acaso no lo ha sido siempre que hemos luchado por nuestros derechos?

Mientras los demás enarbolan la bandera del miedo, nosotros y nosotras levantamos la bandera de lo público. Nuestra candidatura de Unidas Podemos es la única garantía de que nuestro país avance al ritmo que merece la gente que lucha a diario por sacar adelante a sus familias, no al ritmo que marcan los poderosos.

Nos jugamos el pan, el trabajo y el techo. Nos jugamos el derecho a amar, querer y pensar libremente. Nos jugamos una vida digna y la salud de nuestro planeta. Nos jugamos los derechos sociales que conquistaron nuestros mayores con tanta lucha, tanto sacrificio y tanta abnegación. Nos jugamos que nadie más tenga que emigrar ante la falta de oportunidades, que nunca más haya que rogar el voto y que quienes así lo quieran puedan retornar a nuestro país en condiciones dignas. Nos jugamos el futuro de nuestro país, y juntos y juntas vamos a escribir nuestra propia historia.

En Izquierda Unida contamos con un capital político único y de valor incalculable: nuestra militancia, que especialmente en los momentos difíciles siempre ha estado a la altura del momento histórico y ha manteniendo viva la llama de la dignidad. La gente trabajadora de nuestro país necesita que volvamos a entregarnos a fondo en esta campaña electoral para que esta vez sean las élites económicas quienes tengan que apretarse el cinturón.

Nunca dijimos que fuera fácil cambiar el presente y escribir el futuro. Como militantes de izquierdas seguimos y seguiremos trabajando por ello. En cada espacio, en cada lugar, convenciendo, en campaña o sin ella, defendiendo juntos y juntas nuestra alegría revolucionaria. Esto somos y esto queremos ser.

Por tu país, por tu futuro, por tu dignidad. Vota Unidas Podemos.