En apenas unos años las condiciones generales de las vida cotidiana de los trabajadores han empeorado tanto que se ha consolidado la idea de que ya vivimos y viviremos peor que nuestros padres y madres.

En efecto, los salarios de 1.000 euros han pasado ya a ser de 700 y la propia Agencia Tributaria revela que hay 3.7 millones de personas subsistiendo con menos de 300 euros al mes. De este modo tener un trabajo asalariado se considera ya un privilegio consolidándose así la figura del trabajador/a pobre.

Otros datos de la pobreza estructural que tenemos son: 1.5 millones de hogares no tienen ningún ingreso, más de 4 millones de personas paradas, paro juvenil por encima del 50% y un 30% de pobreza infantil.

Todo ello es consecuencia de un terrible período de recortes creado por el avance del llamado neoliberalismo. Es la disputa de los que defienden la concentración de la riqueza y de los recursos existentes frente a los que defendemos la construcción de un marco completamente diferente que acabe con la desigualdad y la precariedad.

En Las Rozas también hay ciudadanos que sufren la precariedad, más de 3.500 personas están en paro, cientos de niños y niñas necesitan acceder a las becas de comedor y la pobreza energética afecta a muchos de nuestros vecinos, sobre todo a los que están en situación más vulnerable: pensionistas, inmigrantes, desempleados. Todos ellos sufren la escasez inversora del Ayuntamiento en materia de inversiones sociales. Sin contar con los recortes sufridos en servicios públicos como la sanidad y la educación.

En Izquierda Unida tenemos alternativas a la precariedad y por ello te animamos a acudir a nuestro acto el día 23 de marzo a las 19.00 en el Ayuntamiento de Majadahonda.